jueves, 25 de junio de 2015

DÍA 111: 14/ 06/ 2015 Ripollet // Cerdanyola del Vallès

Domingo por la mañana y me dirijo hacia Ripollet arrastrando el carro y a Boogie. Me coloco en la Rambla San Jordi y empiezo a montar. Un tornillo del pedal de bombo se ha soltado por el camino y pierdo la tuerca. Pese a ser bastante dado a solucionar estos percances con cualquier chapuza no lo consigo y finalmente decido tocar sin bombo. Como el último domingo que vine a Ripollet la calle está bastante vacía. Los domingos cortan las Ramblas y normalmente se llenaba de gente pero estas dos últimas veces no ha sido así. Imagino que con el sol y los calores la gente prefiere quedarse en casa y omitir el paseo. Antes de empezar a tocar pasa un asiduo de los locales de ensayo de Ripollet al que conozco de verlo por ahí pero del que nunca recuerdo el nombre debido a mi mala memoria. Hablamos un rato y se despide. Mas tarde volverá a pasar. Empiezo a las 12,30h, demasiado tarde pero entre que los domingos cuesta madrugar y mi pelea con el pedal ha sido imposible empezar antes. Comienzo con las últimas canciones nuevas La Tumba de mi Jardín y Extraños Peces Negros. Cuando llevo dos o tres canciones el sol se mueve (o mejor dicho se mueve el planeta) y lo que antes era sombra se convierte en una insoportable insolación, sobretodo para Boogie que no lleva demasiado bien el calor. Cambio a la acera de enfrente y prosigo con mi actuación. Hoy me noto la voz algo débil y desafino mas que de costumbre. Me vuelvo a atrever con mi libre adaptación del Quiero ser Libre de Los Chichos. Acabo mi actuación sobre las 14,30h con solo 13,81€. La última moneda cae de la mano de una chica cuando ya estoy recogiendo, momento en el que pasa también la policía y aunque me miran bastante no me dicen nada. 

Vuelvo a Cerdanyola y me como un mítico bocadillo Cambaliu en un, también mítico, conocido bar del pueblo. Tras la comida voy a un parque cercano del que desconozco el nombre oficial pero que siempre he conocido como "el parque de los tubos" para que Boogie estire un poco las piernas y yo coja algo de inspiración. De camino me encuentro con Pedro, conocido del pueblo, que me invita a una lata de cerveza,  se disculpa porque nunca lleva nada cuando me ve tocando y me dice que le encanta lo que hago y que tenga las narices de hacerlo en la calle. En el parque de los Tubos me encuentro con Carlos y hablamos un buen rato cosa que siempre es agradable por un lado y que me va perfecto para hacer tiempo para la actuación de la tarde por el otro. Tras el rato de descanso me dirijo a mi habitual calle San Ramón para iniciar el segundo pase del día. 

La calle está bastante vacía y monto con calma, dándoles tiempo a llegar. Mientras monto aparece Denis y hablamos un rato. Empiezo a tocar pasadas las 18h y empiezo, de nuevo, con las canciones nuevas. A mitad de actuación y al final volveré a repetirlas. Pasan algunos conocidos como Xavi, Lola, Sergio, la mujer argentina, el hombre canario, el niño que me imita con su armónica y pandereta en casa acompañado por su familia, Josep... La mujer argentina me informa que mas abajo hay una chica cantando y tocando la guitarra lo que puede explicar, en parte, que hoy menos gente se fije en mi. Con Josep hablo un rato e incluso me propone hacer un dúo algún día. No se como encajaría su melódica arpa con mi blues sucio, caótico y destartalado pero me gusta la idea y todo lo que sea darle una vuelta mas de tuerca a todo me emociona. Pasa también una niña que se queda mirándome fijamente con unos enormes ojos azules. Pasa por delante un enorme y precioso dogo argentino que nos deja mudos a Boogie y a mi, aunque por su parte Boogie se tira prácticamente toda la tarde durmiendo. He de reconocer que ha ratos, cuando lo veo espatarrado en el suelo con la barriga al aire, me da cierta envidia y me entran ganas de imitarlo. Pasa un hombre negro que toca el saxo en Cerdanyola, del que lamento no conocer el nombre, pero del que se que tiene buen gusto musical y del que es un honor recibir su reconocimiento en forma de moneda. Cuando estoy tocando mi última canción la chica que tocaba al final de la calle pasa por delante mio y Boogie, no se porque, le empieza a gruñir y a ladrar. Es algo que me extraña ya que no suele hacer esas cosas al no ser que tenga motivo o que vea a otro macho grande y dominante. Río al escuchar a una mujer diciendo "claro, es la competencia, él defiende lo suyo". El comentario me hace mucha gracia pese a no considerar a ningún músico mi competencia. Mi única competencia, con la que compito cada día, es contra mi mismo. Todo lo demás solo son insignificantes tonterías. Acabo a las 21,15h con 20,19€ mas en el bolsillo. 


¡¡Nos vemos en las esquinas!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario