miércoles, 12 de noviembre de 2014

DÍA 59: 26/ 10/ 2014 RIPOLLET (Rambla Sant Jordi) /// CERDANYOLA DEL VALLES (av. Catalunya)

Llega el domingo y con él el final de un fin de semana intensivo. Para acabarlo por lo alto me dispongo para una sesión doble, mañana y tarde. Aunque me levanto mas tarde de lo deseado me dirijo hacia Ripollet. Al cruzar el puente que sobrepasa la autopista y la riera, y que comunica Sardañola con Ripollet,  me encuentro con Zahara y Castro acompañados de su pequeño retoño. Con meses de vida aun no lo había conocido y me hace mucha ilusión hacerlo. Mira fijamente a Boogie y este, que es un bestia, trata de subirse encima de Zahara para saludar a Shiro. Me despido de la joven familia y continuo mi camino hacia las ramblas de Ripollet. Son ya las 12 y pienso en quedarme en el puente pero Castro me disuade de ello informándome de que hay fiesta y batucada en las Ramblas. Así es cuando llego, me encuentro a Rithm&Moyo de frente con sus tambores y percusiones entre quien reconozco a Carla y Txell.  Mas tarde, casi hacia el final de la actuación volverán a pasar saludando, esta vez sin instrumentos. Justo antes de empezar me encuentro con un conocido que hacia años que no veía y me sorprende encontrármelo con mujer y dos hijas. Parece ser que me hago mayor, cada vez conozco a mas gente de mi edad con hijos. Al poco de estar tocando aparece una mujer y me dice que si me puede fotografiar  a lo que, como siempre, accedo. Durante los tres primeros cuartos de hora la calle esta llena de gente. A partir de ahí se va vaciando gradualmente hasta que solo quedan los pocos que se dirigen a alguna terraza a tapear. Dejo una nota colgada y abro la boca con entusiasmo pretendiendo empezar a cantar a un volumen un poco mas alto y con algo mas de profundidad. En vez de salir el sonido por mi garganta entra una mosca. En cuestión de milésimas de segundos veo como se dirige decidida hacia mi garganta sin poder hacer nada y entra como cuando te cuelan un cacahuete. Ni si quiera noto el aleteo en mi interior pero me atraganto y empiezo a toser. Menos mal que no me ha visto mucha gente. Escupo, hago de tripas corazón y vuelvo a empezar la canción con el estomago revuelto de saberlo habitado por el insecto intruso. Pocas canciones después acabo y recojo. Me compensa la mosca el hecho de encontrarme con 28,10€ en el bote.




Vuelvo a casa con el paseo que ello conlleva. Tras comer y descansar un rato me vuelvo a lanzar a las calles. Esta vez me quedo en Cerdanyola aunque vuelvo a cruzarme el pueblo entero para colocarme en la Av. Cataluña. La tarde pasa muy tranquila. Apenas hay nadie por la calle. Aun así parece ser que hoy estoy inspirado porque los pocos que pasan dejan caer monedas dentro del bote.  Lo mas gracioso de la tarde es un niño que se me para delante y se tira un buen rato bailando. Hacia el final de mi segundo recital del día aparece una señora que tras echarme en el bote me dice "ay niño, a ver si encuentras trabajo pronto...". Por un momento estoy tentado de contestarle "que pasa que para esto no sirvo,¿no?". Pienso también en explicarle que no estoy mendigando y que tengo trabajo, que mi situación económica es complicada pero no extrema y  que toco por gusto y no por desesperación. Finalmente solo le doy las gracias y sigo a lo mio mientras se aleja. Se que la pobre mujer lo ha dicho con la mejor de las intenciones y le agradezco el gesto pero en este país tenemos un problema con esto. Incluso a mi madre le han mandado fotos mías tocando en la calle preguntándole si estaba informada. Por eso creo que es vital que surjan músicos callejeros en todas las esquinas. Quizás así algún día la gente lo que vea en la esquina sea a un músico y no a un mendigo. Tampoco quiero que parezca que mendigo es un termino despectivo para mi, simplemente son cosas distintas. Yo no busco caridad ni limosna, busco reconocimiento. Si ese reconocimiento me puede ayudar a llegar a final de mes pues estupendo. Por encima del dinero siempre esta la satisfacción de llevar tu música a cualquier rincón de la ciudad. Hoy el dinero tampoco ha estado mal, y menos mal, porque lo necesitaba. 18,56€ y 10 centavos brasileños. No es la primera vez que me echan monedas raras. Quizás debiera hacerme coleccionista. Yo guardarlas, las guardo. Recojo y vuelvo a casa cansadísimo. Mañana toca madrugar para ir a la aburrida fabrica. 


¡¡¡Nos vemos en las esquinas!!!

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