sábado, 22 de febrero de 2014

DÍA 12: 21/ 02/ 2014 Cerdanyola del Valles (Estación de Renfe / Puente Sarda-Ripo)

Decidido a probar nuevas esquinas en Sardañola mi intención es salir pronto. He pensado en tocar en el puente del Altis aprovechando la salida de los colegios. No lo consigo. La puntualidad nunca ha sido unos de mis fuertes, llego tarde y apenas hay nadie por la zona. Bajo la Av. Cataluña pensando en repetir en una calle donde siempre hay gente. Pese a haber sido una buena opción prefiero seguir buscando. Graso error para mi bolsillo pero eso a veces es lo de menos. Llego a la estación de la Renfe y decido ponerme al lado aprovechando los últimos rayos del sol. Estoy apunto  de empezar y aparece Marc que viene de hacer footing. Curiosa esa costumbre humana de correr cuando no te persigue nadie aunque mas curiosa es sin duda la costumbre de dejar pasar la vida sentado en un sofá hipnotizado por una pantalla. Marc me deja con prisas, tiene que remojarse e ir a dar golpes con unas baquetas. Ole por el! Corre, toca y estudia piedras. Un crack ripolletense en el exilio. Yo por mi parte empiezo a tocar.

En cuanto a afluencia de publico el sitio es perfecto. Cada vez que llega un tren me invade la gente. Por ello resulta ser un desastre. Como era previsible demasiadas prisas. La gente sale tan disparada huyendo del agobio del viaje en tren que la gran mayoría ni me ve. El ruido de los coches y los trenes tampoco ayuda.
Acabo el repertorio sin pena ni gloria. Alguna moneda ha caído. 6,05€.

Con una sensación agridulce cruzo los Quatre Cantons y el puente que cruza el Río Ripoll y la autopista. Llego al parque y suelto a mi perro en territorio ripolletense. Mientras observo correr al Boogie tras sus nuevos amigos recién conocidos pienso en que lugar volver a la carga. Podría volver a la Av. Cataluña donde se que me iría mejor pero quiero seguir conquistando nuevos sitios. Pensando mas en el simbolismo que en el bolsillo decido tocar en el mismo puente que acabo de cruzar hace no mucho. Llamo al Boogie y me dispongo a volver a la carga.

Ya en el puente hace bastante viento y no hay mucha gente. Me coloco debajo de unos focos y empiezo de nuevo la función. Ha ratos toco para la fauna del río sobre un puente frío y deshabitado. La poca gente que pasa me mira como si se preguntara de que psiquiátrico me he escapado. Pasan Oscar y Tamara con prisas. Imagino que el primero acompaña a la segunda al tren. Algún tema después regresa Oscar. Es buen amigo, batería de los Pisando Güevos, grupo hermanado con la banda donde toco Esskroto Roto, y miembro también de los extintos y míticos Lavavaginas y Ramones de Ripollet. Junto a Sergio y al antes citado Marc, Oscar forma el grupo del momento: Los animalitos del Bosque.  Su presencia me anima. Tocar en la soledad es una cosa pero cuando no pasa nadie cantar me hace sentir idiota. Prácticamente toco solo para él. Curiosamente algunos de los pocos que pasan por allí se animan y caen algunas monedas. Finalmente la cosa no esta tan mal. Al tener una autopista justo debajo cabria esperar que el sonido fuera pésimo pero no es así. El puente me proporciona una acústica que estoy decido a probar otro día a una hora mas temprana. Con sol y mas gente seria un sitio magnifico. Buen sitio, mal momento. Aun así no me puedo quejar. Pocas monedas pero grandes. 8,84€. 
Jornada poco lucrativa pero satisfactoria. A la Renfe no volveré, al puente si.



¡¡Nos vemos en las esquinas!!










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