lunes, 18 de mayo de 2015

DÍA 104: 10/ 05/ 2015 Ripollet (Rambla San Jordi)

Salgo demasiado tarde de casa. De camino a Ripollet me encuentro primero con mi santa madre y después con Zahara, lo que me retrasa aun un poco mas. Llego a la rambla, monto y empiezo cuando son ya las 12,50h. Un hombre que ha estado atento mientras montaba me escucha la primera canción y cuando acabo hablamos un rato. Me pregunta varias cosas, sobretodo se interesa por mi forma de llevar la percusión con los pies por un lado y por el slide con el que toco la guitarra por otro y finalmente me confiesa que el toca la bandurria. Me dice también que no sabe nada de notas y que todo lo que sabe hacer lo a aprendido solo y a su manera con lo que me siento 100% identificado. La primera moneda cae de mano de mi madre que aparece por Ripollet con Michel. Me dejan tocando y hablando con el hombre mientras ellos van a tomar algo. Hay un breve rato en que consigo aglutinar a 3 parejas con sus respectivos hijos delante mio. Me escuchan un rato y después los niños van pasando uno a uno a dejar mis honorarios con una sonrisa en la boca. Esa sonrisa que da sentido a hacer lo que hago. Tras muchos años tocando en distintos grupos y en sitios de lo mas variopinto esa sensación jamás he podido sentirla sobre un escenario. Aparecen varias veces la gente del grupo de batukada de Ripollet Rithm&Moyo y dan varios viajes hacia dentro del centro cultural. Pasa Narcis y me echa una moneda de 10 céntimos, que es lo que lleva encima. Al cabo de un rato vuelve a pasar y me echa mas argumentando que le sabía mal echarme tan poco aunque la realidad es que no me ofende para nada la cantidad que se me eche ya que no hay obligación alguna de hacerlo. Toco la última solo con la armónica con Michel al lado que ha venido a avisarme de que vuelven para Cerdanyola y ofrecerme volver con ellos en coche, cosa que acepto encantado. Suena mi última nota, sea cual fuere, cuando son las 14,15h con 13,83€. Es algo escaso pero he estado algo menos del tiempo que suelo estar y extrañamente hoy la rambla estaba vacía, quizás por el sol que luce y las prontas ansias de playa de la población. 



¡¡Nos vemos en las esquinas!!

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