DÍA 51: 27/ 09/ 2014 Cerdanyola del Valles (San Ramón)

Un nuevo parón. En septiembre apenas toco. Llega fin de mes y decido que es hora de volver a las calles a predicar. Mi nueva residencia me da un respiro económico y distintos lances, algunos muy buenos y otros mucho menos agradables, me mantienen lejos de la calle. Hubo un momento en el que creí que llegaría a los 100 conciertos en un año, cosa que de seguir con el mismo ritmo hubiera ocurrido, pero mis continuos parones me alejaran bastante de esa cifra. No me preocupa. Prefiero no quemarme, y mientras pueda permitírmelo tampoco quiero tocar si no estoy 100% motivado. No quiero forzar la maquinaría, prefiero tomármelo con calma para que esta aventura se prolongue lo máximo. Una vida entera quizás.... Bajo, como siempre, a la San Ramón. Me coloco junto a una conocida entidad bancaria frente al estanco de abajo, monto y empiezo.

Empiezo a tocar lamentablemente mal. El no tocar pasa factura. Se nota en mi animo y se nota en el bote. A medida que avanza la actuación voy mejorando algo. No llegare a tocar como Dios manda en toda la tarde pero al menos alcanzo un nivel aceptable para estar en la calle. Siempre bajo mi propio concepto. Pasadas tres cuartas parte de la actuación aparece una despedida de solteros. El novio va vestido de Elvis y se pone delante mio a bailar. Lleva una bandeja de plátanos que vende por un euro como parte de esas cosas raras que se hacen en las despedidas. Vende un plátano y me echa el euro en el bote. Me regala un plátano y se van. Le digo, como sigo creyendo, que ese plátano es lo mas raro que me han echado nunca. El resto de la actuación cada vez que alguien se acerca a echarme algo miran extrañados la fruta canaria. Al final de la actuación el ritmo de las monedas  va compensando el principio desastroso. Finalizo la actuación con 15.53€ y un plátano en el bote. Mas que aceptable teniendo en cuenta que mi comienzo hubiera sido como para que me tiraran un cubo de agua con lejía por encima. 

¡¡¡Nos vemos en las esquinas!!!