lunes, 5 de mayo de 2014

DÍA 33: 03/ 05/ 2014 Ripollet - Cerdanyola del Vàlles

Tras un viernes de descanso empiezo la jornada por la mañana en la Rambla Sant Jordi de Ripollet. Tras dar una vuelta por la zona decido ponerme junto a las columnas del centro cívico. Con el Boogie atado a la silla y todo el tinglado montado empiezo. 
Las mañanas de Ripollet posiblemente sean mas movidas que las de Cerdanyola. Ripollet es un pueblo en gran parte envejecido y sus mañanas se llenan de personas de avanzada edad que salen a comprar o a tomar el sol en la plaza mientras charlan con sus colegas.  La mañana pasa tranquila y aunque atraigo la curiosidad de muchos transeúntes pocos se paran a echarme alguna moneda en el bote. Algún niño que le exige monedas a sus progenitores y las ancianas que con dificultad se encorvan hacía el bote me salvan del temido numero 0. Una mañana agradable pero poco rentable en la que estreno corbata gracias a una bella dama. Con 7,30€ en el bolsillo cruzo la frontera y vuelvo a mi Cerdanyola.

La intención es subir a mi casa a comer y volver a bajar para actuar por la tarde pero al llegar al centro del pueblo me encuentro con el mercado medieval de Cerdanyola ya que son las fiestas mayores. Decido gastar lo que he ganado por la mañana en un increíble pan artesanal "preñao" de beicon y queso y una oferta que incluye dos empanadillas caseras y una cerveza artesanal. Tras comer hago tiempo dando vueltas por el mercado y pensando en un posible escenario para mi función.  En la calle San Ramón hay un gran numero de paradas pero decido dejar mi calle fetiche para después y me voy hacía la calle que une el Turonet con la plaza de la iglesia. La calle esta llena de paradas e incluso hay un grupo de burros que pasea a los niños y un dirigible de madera que lejos de volar se desplaza mediante las pedaleadas de dos motores humanos que se colocan a cada lado del vehículo. Encuentro un hueco entre paradas producido por la parada del bus anulada por las fechas ya que han cortado la calle para poner las paradas. Monto y empiezo.

La calle empieza a llenarse de gente paseando entre las paradas y las primeras monedas me caen de la mano de un grupo de adolescentes. Tras ello la calma. Cada vez hay mas gente en la calle y cada vez menos gente se acerca al bote. Con el aumento de gente el tendero que tengo al lado decide que ha llegado la hora de montar unos juegos antiguos y artesanales para deleite de los mas pequeños y tengo que quitarme del lugar escogido. Decido cruzar la calle y me pongo justo enfrente junto a un puesto de pan artesanal echo a la leña y que huele a paraíso.  Los tenderos son unos alegres argentinos con los que bromeo y la tendera amablemente le pone un cacharro con agua a Boogie. En este nuevo emplazamiento el sol me da en la nuca y empiezo a sudar. Abandono el chaleco y remango mi camisa. Pasa una pequeña banda precediendo al dirigible antes citado y dejo de tocar a su paso. Supervisan la operación un policía local y un mosso de esquadra que al pasar por delante mio me da la sensación de que hablan de mi pese a que desaparecen antes de que pueda enterarme exactamente de que. La calle esta abarrotada de gente pero cada vez me cae menos en el bote así que decido finalizar la función y dirigirme hacía un segundo pase en la San Ramón. Mientras desmonto se me acerca un grupo de jóvenes rubias y esbeltas acompañadas de un joven con cierto aire de Justin Biber. Me preguntan y se interesan por lo que hago. Lastima que ya este desmontando porque pudiera haber sido un buen público. Parece que he decidido acabar en el peor momento. Sol, sudor y 5,15€. El día va mucho peor de lo que esperaba. 

Vuelvo a actuar en la San Ramón esperando salvar la jornada. El tercer concierto en un mismo día y el cansancio empieza a hacer mella. Viene Rebeca y me deja a su perra Arya mientras inspecciona las paradas del mercado. Yo con Arya y Boogie atados en mi silla vuelvo a empezar a tocar. Cae alguna moneda mientras la pandereta empieza a darme problemas. Es una pandereta prácticamente de juguete y ya ha aguantado mas de la cuenta aunque estoy decidido a que aguante un poco mas aún.  Pasan varios conocidos por delante mio durante la actuación debido a las fiestas entre ellos, como siempre, Xavi con sus prisas habituales, echando en el bote, saludando y saliendo disparado o también Adri e Ivan, este último, recientemente aficionado a la armónica también desliza su donación dentro del bote.  Durante la última parte de la actuación me acompaña Rebeca merendando sentada detrás mio. Como siempre los que mas caso me hacen son los niños aunque hoy me siento algo mas ignorado de lo habitual. Posiblemente la gente se siente superada por tanta buena oferta donde gastar sus escasas monedas, algo negativo para mi pero muy positivo para el pueblo. El sol desaparece y yo decido acompañarle. Esta tercera función ha ido bastante mejor aunque tampoco puedo tirar cohetes. 15,74€. Pensaba que al ser fiesta iría mucho mejor pero finalmente he ganado lo mismo con tres conciertos que lo que en otras ocasiones y en día normal he ganado con uno. Posiblemente hoy tampoco haya sido de mis días mas lucidos. Así es la calle.



¡Nos vemos en las esquinas!










Fotos por Diego Clemente en la calle San Ramón.


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