Con la primavera llega el mal tiempo. Fin de semana de viento, frío relativo y lluvias intermitentes. El sábado será imposible tocar y el domingo también aunque por distintos motivos. El viernes bajo pese a que las predicciones meteorológicas lo desaconsejan. Según Internet está lloviendo pero miro por la ventana y aún no ha empezado. Tras dudar un rato finalmente acabo bajando. Me coloco como siempre en la San Ramón y empiezo a tocar a las 19h algo pasadas. Al poco pasa una pareja de Mossos andando pero me ignoran. Poco después pasa un coche de la policía local y también me ignoran. De momento tengo suerte con las autoridades. Entre los transeúntes que se acercan al bote destaca un negro que pasa de largo y tras dar media vuelta se acerca, me echa unas monedas y me pega un par de gritos de gratitud. Me encanta producir estas reacciones viscerales, me suben la moral ya que son síntoma de haber llegado a algún sitio profundo, ya sea el corazón, el cerebro o los testículos. Empieza a llover. Cojo los trastos lo mas rápido que puedo y, junto a Boogie, me desplazo hacia una entidad bancaria cercana para resguardarme bajo los balcones que tiene encima. Cuando estoy recolocando las cosas en mi nuevo escenario pasa Xavi, con quien hablo un breve momento y me deja una pequeña recompensa como suele ser habitual en él. Pasa Marta con un "joder Dani, ¡hasta con lluvia!". Una señora y una chavala se paran y me preguntan por como fue la recogida de comida del BLUES SUCIO CONTRA EL HAMBRE 2 y me preguntan por la tercera edición. Al despedirse me confiesan que la chavala es amiga de mi hermano y toda la conversación cobra mas sentido. Como llueve, a excepción de algún niño, no se me acerca nadie y la calle pierde todo su habitual dinamismo así que decido acabar. No se porque extraña razón pero acabo de una forma que no había acabado nunca. Dejo la guitarra e improviso con armónica y algo de percusión con los pies. Siempre toco la armónica con el bozal para que me queden libres las manos para la guitarra y es gratificante usarlas con los efectos que ello conlleva. En estas estoy cuando se me acerca un hombre que parece proceder de Europa del este. Tras echarme un euro en el bote se acerca a Boogie. Me cuesta entenderlo pero empieza a decirme cosas como que esta mal que este ahí y que si quiero ganar dinero con la guitarra bien pero que no lo gane con el perro. Esto me saca bastante de quicio. A mi nunca se me ocurriría acercarme a un padre y decirle que trata mal a su hijo y se aprovecha de él y Boogie para mi es como un hijo. De buenos modos trato de torear la situación. Trato de explicarle que el perro esta mejor conmigo que solo en casa y que va allá donde voy, siempre que me es posible, ya que es mi compañero. Las explicaciones son inutiles y la discusión va subiendo de tono. Empiezo a decirle que si viene a darme lecciones que por favor coja el euro que me ha echado y se vaya. Nada surge efecto y este hombre, que va visiblemente ebrio, acaba incluso diciéndome que se va a llevar al perro. Es ahí cuando agota mi paciencia. La frase que dije no la repetiré. Alguien podría decir que lo amenace duramente pero yo solo diré que le advertí lo que pasaría ya que es algo que mantengo. Si alguien quiere apartar de mi a mi familia primero tendrá que acabar conmigo. Cara a cara y oliéndose ya lo peor, pese a que había intentado evitar la confrontación en todo momento, aparece la mujer y la chavala amiga de mi hermano. Gracias a que la mujer empieza a gritarle y a amenazarle con llamar a la policía el hombre se va y he de agradecerle que se metiera por medio ya que sino la pelea hubiera sido inevitable. No me gustan las peleas en ninguna situación pero tener todos los trastos delante y el perro al lado es la peor de ellas ya que hubiera estado mas preocupado de que el perro no echara a correr o que no le pasada nada que del hombre. Por otra parte no se como hubiera reaccionado el perro ya que jamas me he visto en una igual y tiene una buena boca, lo cual también me hubiera podido traer problemas. Finalmente y pese a la tensión del momento no paso nada y yo me alegro de ello. Solo espero no tener que estar preocupado de este personaje y poder seguir tocando tan tranquilo como hasta ahora. Tras la discusión ya no me quedan mas ganas de nada así que recojo cuando son las 20,15h. Mi compañera se ha dejado las llaves y esta esperando en la puerta así que salgo disparado hacía mi hogar con 18,84€ que no están nada mal para lo ajetreado que ha sido el día.
¡Nos vemos en las esquinas!
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