sábado, 7 de marzo de 2015

DÍA 88: 28/ 02/ 2015 Granollers (La Porchada // Anselm Clavé)

El día fue largo así que prepárense para leer un poco mas de lo habitual. Última incursión callejera de febrero y decido abandonar mi pueblo y llevar mi música a otra parte. En Granollers ya estuve hace un tiempo y la verdad es que me gustó así que no se porque no he venido mas a menudo. Llego a Granollers y doy una vuelta de reconocimiento del terreno. Como ya comente la otra vez que estuve es una ciudad fea aparentemente cuando te bajas del tren con bloques colmena y la cruda arquitectura de las ciudades obreras de  la periferia de Barcelona. No es así su casco viejo con sus callejuelas y su arquitectura mas medieval. Elijo para el primer pase del día la plaza de La Porchada, quizás el epicentro de ese casco antiguo. Cuando llego en el centro de la plaza hay un mercado de antigüedades con bastante vida para lo que suelen ser estos mercadillos. A su alrededor la plaza esta repleta de terrazas donde la gente toma algo disfrutando del inusual día de primavera que hace. Empiezo la actuación sobre las 11.45h. Al poco de empezar se me forma un corro de gente delante para escucharme, algo a lo que no estoy muy habituado. Quizás lo mas curioso que pasa, incluso de todo el día, es un niño que se me pone delante a bailar claqué. Es un estilo bastante libre de claqué pero no por ello menos fascinante. La pila empieza a fallar y aquí no tengo ni idea donde comprar otra. A las 12.20h escucho una fuerte música y al levantar la vista me encuentro con la plaza repleta de gente vestida de época  que se ponen a bailar. Toco unos diez minutos mas y finalmente cedo ante el volumen de sus potentes altavoces. Mientras recojo observo la curiosa quedada de bailarines. El ambiente de la plaza invita a quedarse pero he venido a tocar y no puedo perder tiempo. Me voy a buscar una esquina con 9,11€ en el bolsillo y la convicción de que hubiera sido un sitio perfecto si hubiera podido estar un poco mas.

Salgo a la calle Anselm Clavé. Es una calle llena de comercios y repleta de gente pero lo malo es que esta tan llena de comercios que es casi imposible encontrar un sitio donde ponerse. La otra vez que vine era domingo y elegí esta calle al estar todo cerrado pero hoy parece mas difícil. Bajo la calle entera y doy a una plaza que también parece buen sitio pero empiezo a escuchar una guitarra eléctrica y me encuentro con otro músico callejero en plena faena. Entre bomberos no nos pisamos la manguera así que doy un rodeo y vuelvo a enfilar la calle Anselm Clavé. Finalmente elijo una esquina entre la puerta y el escaparate de Desigual. Nunca doy nombres y no me gusta hacer publicidad pero espero que esta sea negativa. No molesto ni para ver su escaparate ni para acceder a la tienda lo mas mínimo pero cuando acabo de montar y me dispongo a empezar sale una chica diciéndome que no me puedo poner ahí porque queda feo. ¿Queda feo un músico en la puerta de comercio cuando quizás la gente se acerque y se acabe asomando a tu escaparate? En fin... En estas situaciones discutir solo me perjudica a mi así que siempre digo que no hay problema y me voy, eso si, mi orgullo no me deja irme muy lejos. Me pongo en la esquina de delante. En la calle hay dos Mossos a pie haciendo la ronda pero la tranquilidad con la que estaba tocando el músico de la plaza me da cierta confianza. Empiezo a la 13h y poco después pasa la pareja de agentes por delante mio y, efectivamente, no me dicen nada.   La calle esta repleta de gente y con el sol sobre la cabeza se esta muy agusto tocando. La gente se acerca de vez en cuando al bote y aunque se muestran algo exigentes con este la mayoría me dedican, al menos, unos instantes de atención. Mientras toco me hace gracia ver como una chica que reparte muestras de perfumes asaltando a los transeúntes va bailando al ritmo de mi música de una victima a otra. Llega la hora mas habitual para que la gente coma y una nube niebla el perfecto día soleado mientras la calle se va vaciando. Acabo de tocar a las 14,20h., ya que yo también tengo hambre, con 16,06€ mas en el bolsillo.


Doy vueltas por la ciudad buscando un sitio barato donde comer. Restaurantes hay muchos, con terraza ya que voy con el Boogie bastantes pero que parezcan barato mas bien ninguno. Tras un buen rato y una buena vuelta doy con un kebab y me doy por satisfecho. Como bien y barato y vuelvo a empezar a dar vueltas para encontrar el sitio idóneo para el pase de la tarde. Vueltas que me van bien para bajar la comida pero no para cambiar de sitio. La plaza de la Porchada y la plaza donde estaba tocando antes el guitarrista están bastante vacías así que vuelvo a la calle comercial Anselm Clavé. Esta vez me coloco mas arriba, junto a la oficina de turismo y en la esquina de una de las callejuelas que dan a parar a la Porchada. Empiezo a tocar pasadas las 17h. Una familia se tira un buen rato escuchándome. Como el resto del día solo uso la afinación abierta ya que se disimula mejor la falta de pila que durante todo el día me complica un poco la jornada. Hay menos gente que por la mañana pero en un par de ocasiones caen bastantes monedas de golpe. Acabo a las 18,10h con 17,21€ en el bote y el tiempo justo en el reloj para llegar al tren ya que pasa  a la media y sino tendré que esperar una hora mas.

Jornada mas que satisfactoria en la que vuelvo con 42,38€ a los que hay que descontar 5€ del transporte y 6,70€ de la comida. Vuelvo a casa cansado pero contento y con la convicción de que he de volver mas a menudo a repetir esta experiencia.

¡¡Nos vemos en las esquinas!!








Segunda foto: Plaça de la Porxada

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