Sábado por la mañana y bajo al mercadillo de antiguedades y otras cosas que hoy ponen en la plaza del mercado de las Fontetas. Empiezo demasiado tarde y el reloj ya ha marcado las 12h cuando empiezo. Aparte de los tenderos están los vendedores gitanos que ya me conocen de otras veces aunque hoy somos tantos que no me miran con el habitual recelo con el que lo han hecho las últimas veces. Hay bastante gente por la zona pero pocos se acercan a mi bote. En las Fontetas no cuento con tantos niños entre mi público pero si un gran numero de señoras mayores de las cuales unas cuantas se paran a saludar a Boogie, a echarme alguna moneda o a ambas cosas. Incluso con una de ellas dejo de tocar y me pongo a hablar sobre el Boogie y la fidelidad y amor de los perros en general. También aparece la señora que en dos ocasiones anteriores le ha dado croquetas a Boogie y esta vez le da un poco de mortadela. También aparece Ander, el hijo del dueño de la tía Felipa, que es una de esas personas que suele pararse a escucharme. Casi de casualidad saco un tema nuevo al que me tiro un buen rato dándole vueltas. Sobre las 13,30h empieza a chispear, las calles se vacían y los tenderos empiezan a recoger. Yo aguanto hasta menos cuarto tocando y después me refugio en unos bancos techados que hay en la plaza para poder recoger. Mientras recojo tengo al lado a un vendedor de origen posiblemente sudamericano que vende artesanía indígena, mayormente collares y a la propietaria de un tenderete de antigüedades, una señora con carácter y altamente graciosa. Intercambio algunas palabras con ellos y nos despedimos deseándonos suerte mutuamente con 15,92€ en el bolsillo. En las Fontetas nunca gano grandes cantidades pero siempre toco agusto, mas aun cuando como hoy hay mercadillo.
¡¡¡Nos vemos en las esquinas!!!
Foto en dicho mercado pero hace ya un tiempo por Juan Antonio Hidalgo Aloy.
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