Fin de mes y fin de semana. Domingo en el que escasea el dinero y vuelvo a tomar las calles por la fuerza de mis armas, mis instrumentos. Mientras monto y coloco mis cacharros aparece Lola, una pequeña perra con mucho carácter, acompañada de su dueño y saludan a Boogie. Empiezo a tocar a mas de las 19h. con Blues Flamenco. Calor sofocante, clima espeso. Tan espeso que se puede masticar. Tocar así no es cómodo para mi que me tiro casi toda la tarde sudando y tampoco es bueno para mi público. No hay gente por la calle y el agobio que llevan encima los pocos que pasan hace que no piensen en nada mas que en su casa y su ventilador sin que me presten la menor atención. Se me acerca una extraña señora y me pregunta si se alguna canción famosa. Le respondo que no, que solo toco composiciones propias. Me pregunta que si se solfeo y le respondo que no, que yo solo me limito a coger la guitarra y tocar. Me dice con cierto desprecio "ah!entonces nada..." y se va. Veo pasar al hombre, ya no se si canario o argentino, que me saluda de pasada. Hoy tengo a Boogie atado a una valla que tengo a mis espaldas así que al menos no me he de preocupar de que me arrastre. Tampoco he de preocuparme por la falta de pilas ya que por fin las he podido cambiar por unas nuevas. Mientras toco levanto la vista y veo a una mujer con un carrito de bebe riendo. Miro a mi lado y tengo a una pequeña y graciosa niña que apenas levanta 3 palmos del suelo bailando al ritmo de mi música. Cuando los adultos me escuchan no suelen entender que las canciones mas movidas de las que dispongo se pueden bailar. Quizás sea esa la mejor forma de disfrutarlas y los niños lo entienden. No dudan. Se le van los pies solos y sin pensar lo bailan sin preguntarse nada mas. Crecemos y nos corrompemos. A veces nos corrompen, otras lo hacemos nosotros mismos pero siempre perdemos la capacidad de mirar el mundo sin filtros, sin condicionantes como la moral o la personalidad. Contra mas crezco mas envidio a los niños. A partir de las 20h la calle se anima ligeramente pero no dura mucho y enseguida se vuelve a vaciar la calle. Siempre hay alguien pasando pero siempre pocas personas. Muy pocas. Aparece un grupo de adolescentes con otra mujer mas grande, imagino que la madre de alguna. Se sientan en los bancos de en frente y me escuchan durante un par de canciones, cosa que tiene merito teniendo en cuenta lo que llego a alargar las canciones en la calle. Aplauden al final de las canciones lo que siempre le saca una sonrisa a uno. En un concierto en un bar la gente aplaude muchas veces por cortesía o compromiso pero en la calle los aplausos son mas sinceros. O eso creo y quiero creer. Tras un buen rato escuchándome se acercan a saludar a Boogie, dejan caer monedas en el bote, se despiden y se van. Mi intención hoy era tocar la lista de BLUES SUCIO CONTRA EL HAMBRE 5 pero me la dejo en casa. Aun así trato de tocar de memoria dicha lista ya que aunque no recuerdo el orden exacto poco me falta. Los que me leéis habitualmente ya sabréis que BLUES SUCIO CONTRA EL HAMBRE es un ciclo de conciertos solidarios para recaudar comida. En esta ocasión para celebrar que he llegado al 5 lo he montado en la sala Circus de Cerdanyola y tocaran dos bandas con las que he compartido ya algún escenario y con quienes comparto ciertas actitudes ante la música. Actitudes que en este momento que vivimos lleno de puristas y figurantes creo que son mas que necesarias. Pasa Sonia, la responsable de que dicho concierto tenga una sala donde organizarse y me saca una foto, hablamos algún detalle del concierto y nos despedimos. Aparece Dennis hacia el final de mi actuación y escucha entero el popurrí de canciones de Mississippi Alligators. Hablamos un poco y se despide. Acabo tocando de nuevo Blues Flamenco sobre las 21,30h. con unos escasos 14,32€.
Últimamente mis recaudaciones han bajado bastante. Se que parte de culpa la tiene el calor y que contra eso no puedo luchar pero también tengo la sensación de que la gente ya está un poco aburrida de verme. Se que lo que hago no suele tener termino medio. A la gente o le gusta o lo detesta radicalmente. Ahora que viene el verano mi intención era dejar descansar un poco a la calle San Ramón y volver a ir a los pueblos de playa pero después de como me fue en Palamós no tengo muy claro por donde tirar. Para colmo la nueva ley de seguridad ciudadana o, como la conocemos todos, la ley mordaza incluye un apartado del que poco se habla. Desde que empece a tocar me quejo de que cada pueblo tiene su ordenanza al respecto y es imposible saber donde se puede tocar y donde no. Bien, pues esto ya ha cambiado por fin. Legalmente no se puede realizar ningún tipo de actuación artística en la vía pública sin autorización y se sancionara con multas astronómicas a quien lo incumpla. Esto es democracia. Cargarse a varios colectivos artísticos como son mimos, músicos callejeros, pintores etc que no suponían ningún problema y sin preguntarle a nadie. Viva España. Mientras que recojo mis trastos escucho como un niño le dice a su madre "¡mira! ¡un musicante!" y eso me alegra un poco la tarde. Los niños, siempre los niños. Si no crecieran hasta me plantearía tener uno pero por desgracia tarde o temprano se convierten en asquerosos adultos y por eso prefiero ser padre de seres de cuatro patas. Farruco mantuvo su pureza siempre, desde que lo conocí hasta que lo vi morir. Boogie siempre será tan puro como es y jamas me tendré que preocupar de si se droga o no cuando yo no estoy delante. Teniendo eso ¿para que necesita nadie complicarse la vida con mas?. Divagando ando cuando pasa por delante un hombre que me saluda levantando el pulgar hacia arriba en señal de aprobación. Señal que esta tomando su propio significado por su uso compulsivo en cierta red social.
¡¡Nos vemos en las esquinas!!